El desarrollo personal pasa por un cambio de mentalidad. Sin cambiar lo que pensamos, dificilmente podremos hacer las cosas de manera diferente.

Cambiar supone ampliar la mirada, la consciencia, el pensamiento, ver que lo que hago, lo que siento, lo que hablo tiene unos límites que no son reales, que los he creado yo. Y si yo he creado esos límites, esas barreras… también puedo romperlas, ampliarlas, expandirlas hasta donde desee.

Nuestra manera de hacer, pensar y sentir, lleva implícitos un montón de hábitos, de dinámicas, de reacciones que hemos creado a lo largo de toda nuestra vida. Son como autopistas bien cimentadas y bien asfaltadas, lisitas, amplias, con muchos carriles y preparadas para que vayamos por ellas a toda velocidad. Así que cuando queremos cambiar estos hábitos, nos enfrentamos a tener que elegir otro camino que no es la autopista maravillosamente preparada para correr de manera cómoda. Y a veces, este nuevo camino ni siquiera está construido, así que ni siquiera somos capaces de verlo… pero sí que podemos imaginarlo.

Por eso, una buena manera de empezar a cambiar es darle una vuelta y un repaso a todo lo que pienso. No sé decirte exactamente si primero va el pensamiento y luego la emoción. A lo largo de los años he leído diferentes cosas al respecto, pero creo que poner foco en ello nos puede desviar de lo que realmmente queremos. Así que para mí, pensamiento y emoción van mucho de la mano, se alimentan entre ellos, y cuando actuamos en uno, casi que actuamos sobre el otro.

Muchas veces la acción parece que adelanta al pensamiento, pero no es del todo cierto. La acción paree que se adelante porque la hacemos de manera automática, reactiva, porque está dentro de esos hábitos más que anclados a nuestra persona, porque es la autopista cómoda que cogemos sin darnos cuenta y sin dar muchas vueltas a lo que queremos hacer.

Entonces, si queremos cambiar lo que hacemos, si queremos desarrollarnos, crecer como personas, ampliar nuestros horizontes, nuestros registros como si fueramos cantantes, nuestro pensamiento, nuestra mentalidad es el primer paso para esto.

¿Y cómo se hace esto? El coaching es la herramienta perfecta para empezar a construir esa nueva carretera que te permitirá llegar a lugares desconocidos. El coaching te hará cuestionarte lo que piensas sobre tus maneras de hacer, tus dinámicas, tus hábitos… te hará mirar esa fabulosa autopista como algo ya demasiado conocido, y te abrirá las ganas de buscar un camino nuevo, interesante, motivador, un camino que con un poco de tiempo te ayudará a vivir con más energía y menos dolor.